Soy Ruth María, tengo 51 años. Llevo 5 años en Villa Corelca, Cartagena, Colombia. Soy representante legal de la Fundación Un Nuevo Comienzo, que asiste a las familias de la comunidad. Conocí a Múdate por Josue Alanis, él fue mi facilitador en un grupo de Trauma Healing. El que primero me llamo la atención fue el nombre y le pregunté sobre. Él me fue contando, y percibí que es lo que he hecho todo el tiempo. Eso es: estar en las comunidades. Llevo más de 20 años sirviendo a los menos favorecidos
Múdate: ¿Cuál crees es el mayor reto de vivir en un vecindario? ¿Qué te fortalece en los tiempos difíciles?
El reto es saber que todos los días tienes la oportunidad de ser una bendición para alguien. Que la gente sabe que tú estás para ellos. Y tú permanencia les demuestra que los amas, sin decirlo. Así, cada día es importante. A alguien o a muchos puedo bendecir. Todo eso me reta y me fortalece.
Múdate: ¿Qué te ha hablado Dios sobre el vecindario en estos tiempos?
Dios me hablo antes de entrar, por eso creo que Él me ha demostrado su respaldo. Y entiendo que en estos tiempos estar en Villa Corelca, nos da el compromiso de ser un farol, alto, mostrando la luz de Jesús. Así nos vemos: mostrando el amor de Dios sin hablar.
Múdate: Cuéntanos una historia o testimonio de algo que te toco en ese trabajo con sus vecinos.
En estos 5 años, hay muchas historias, muchas vidas, muchas familias y muchas mujeres. Pero lo que mas me lleba es ver los niños que recibí en su primera infancia, dando testimonio de lo que aprendieron en sus tiempos de clase. Y viendolos crecer. Uno de ellos, es la niña Faidy. Ella es huerfana de madre, porque la abandono, y de padre, porque es drogadicto. Ella vivia en la calle casi siempre sin supervisión. Cuando su abuela conoció la fundación (preescolar) Un Nuevo Comienzo, la llevo. Creo que fue Dios tocando a su corazón y poco a poco ella fue recibiendo de su amor.
A través del trabajo de sus profes, el atraso cognitivo que ella tenía fue mejorado. Con la pandemia, casi le pierdo el rastro, pero está creciendo junto, con todo el tiempo que llevamos. Siempre se acerca a buscar un abrazo o una palabra de amor. Y la amo mucho. Pido a Dios que guarde a Faidy siempre.