por Josue Alanis, Guatemala, 2022

Al recorrer las calles de Mixco, en Guatemala, escuchar diversas historias y conocer muchas personas increíbles, pudimos recordar la importancia de las mujeres. Por alguna y otra razón en muchos de los hogares que visitamos no había hombres en el hogar, algunos habían migrado, otros han fallecido y unos más los habían abandonado. Han sido las mujeres las que han sacado adelante a sus hijos, sobrinos, nietos y bisnietos. Mujeres esas que son una imagen de resiliencia en un contexto que les ha querido silenciar. 

Una de esas mujeres es Juanita*, a quien tuvimos la oportunidad de conocer. Una mujer que, en medio de sus circunstancias, es una madre para muchos jóvenes que necesitan el amor, apoyo y guía. En las historias que escuchamos pudimos ver su amor por la gente de su barrio, jóvenes que en su casa han encontrado un lugar para descansar, un abrazo para continuar cuando las cosas se ponen difíciles. 

En ese viaje hemos podido ver cómo Jesús está presente a través de su iglesia en estos lugares, por medio de las personas que han entendido el rol que tienen para bendecir a su comunidad, como Juanita lo hace. Mujeres y hombres que como ella mantienen su fé viva por medio del servicio y amor. Sin duda hay muchos desafíos y ocasiones en la realidad que pueden desanimarnos. Y nos llevan a preguntar ¿qué podemos hacer ante todo esto? ¿cómo podemos cambiar una realidad que está tan viciada? ¿qué lastima a tanta gente mientras beneficia a unos cuantos?

A niveles macro es difícil poder ver un impacto, pero creo que nuestro llamado como Múdate es hacer como aquella señora, estar ahí, tener abiertas nuestra puerta y nuestro corazón para la gente que quiera se acercar y necesite cuidado. Cada uno de nosotros viviendo en algún barrio en América Latina estamos invirtiendo en tierra fértil, estamos sembrando esperanza en una cultura que exalta la muerte, estamos uniéndonos a lo que Dios está haciendo en cada lugar. 

*Juanita es un nombre ficticio.

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